From: "J. Jose Ferres Serrano" ***************************** J.J.F.S's Gunkan ***************************** Un pequenno OFFTOPIC para el nino y la ninna... Siempre ha habido gente interesada por Japon y su idioma. (No, evidentemente, nosotros no somos los primeros tarados). Y como muestra un boton. Hay gran cantidad de referencias a la lengua y cultura japonesa en lo que voy a mostraros hoy. Espero que no me (h)echen de la lista por ello...^~^ Pido disculpas por el pedazo de texto... pero lo siento estoy alucinado con el... Y os advierto que hay mas contenidos de japones de lo que parece. IMPOTANTE: GUARDA ESTE MENSAJE! LO ANTES POSIBLE OS DARE ESTAS POESIAS EN JAPONES! LO SIENTO... PERO SE TARDA UN TAMAGO Y MEDIO! ASI TENDREMOS UN TEXTO BILINGUE PARA DISCUTIR! RIAU! Literalmente os pongo lo que pone en mi página, no toco nada, las cosas en estado puro estan mejor: Lady Andromeda me va a hacer todos los golpes de su cadena..lo estoy viendo...no por favor... Andromeda Sama no me mires así..no.. por favor baja el cuchillo...no en esa direccion NOOOOOO!!! ZAS! M I N N A S A N G O M E N N A S A I! BAKAMONO DESU! " Lo que siente mi ser hacia Japón no puedo explicarlo. No coge dentro de mente racional ni científica. Ni siquiera me molesto en intentar comprenderlo, escapa de ella. Pero la poesía es capaz de expresar con palabras por encima de cualquier otro medio. No soy el primero en sentirme atradido hacia otra lejana tierra, en mi caso la tierra de Yamato. Siempre hemos existido los soñadores. Aunque gracias a la poesía descubrí a un alma gemela. El poeta Pascual Venegas Filardo comparte mi anhelo. Hermano latino, concretamente de Venezuela, nació un glorioso 25 de Marzo de 1911. Su poesía "LA NIÑA DEL JAPÓN" ha calado profundamente en mi espíritu. Leyendola descubri mis sentimientos hechos poesía. Esta poesía llegó a mis manos guiada por el destino, autenticamente impensable. Le estará eternamente agradecido a Sergio Juarez García por dejarme tan preciado material. Una edición bilingüe (español y japonés) del año 1968. No he sido capaz de conseguir este libro en la actualidad. Pero no dejaré que un cúmulo tal de emociones se pierda en los posos del olvido. Mi mas afectuoso abrazo Pascual Venegas Filardo estes donde estes. Ya hablaremos largo y tendido en el otro mundo, mientras dejame elogiar tu obra y permiteme humildemente compartir los sentimientos que brotan de ella. LA NIÑA DEL JAPÓN Por Pascual Venegas Filardo Prefacio Mis amigos Hiroo Chikamatsu y Ryoichi Shibayama me han solicitado un Prefacio para su traducción de "La Niña del Japón",del poeta venezolano Dr. Pascual Venegas Filardo. Con gran placer quiero atender a su solicitud, como venezolano amante de la poesía y como funcionario interesado en el intercambio cultural entre japón y venezuela. Es precisamente en esta condición en la que se ma ha concedido el honor de intervenir, como representante de mi país. antes de venir al Japón ya había tenido la oportunidad de oir comentarios elogiosos acerca de "La Niña del japón." Su autor es personalidad importante en las letras venezolanas y periodista distinguido. Leí detenidamente el libro después de haber permanecido dos años y medio en Japón y he podido darme cuenta de que el poeta halló en las gentes, lugares y leyendas japoneses una gran fuente de inspiración. Cada isla, cada pino, flor, lago, templo o castillo; cada mirada y cada gesto japoneses, encierran un mundo de tradiciones y leyendas, motivos religiosos, romanticismo, heroismo, poesía. Aqui, el Dr. Venegas Filardo se encontró en su ambiente y supo descifrar ese mundo de ensueños con su bien cultivada inteligencia y con el interes que inspiran las cosas tanto tiempo deseadas. Intensamente debió desear el poeta conocer el país del sol naciente. Asahi, Tokyo, Kyushu, Nagasaki, Wakakusayama, Sofukuji, Ebisu, Heian, Soryu, Byakko, Sumida, son evocaciones que mantendrán para siempre nuestros corazones atados a esta inolvidable y querida tierra japonesa. a lo largo de sus poemas me parece presentir al espíritu del poeta vagar entre Nikko y Nagasaki, para quedar al final prisionero del Fujiyama, contemplando alucinado a sus pies desfiles de daimíos, procesiones de geishas, bellos lagos azules, inmensos bosques de cerezos en flor y oyendo eteamente la nostálgica melodía del "Sakura... Sakura..." y las gloriosas notas de KIMIGAYO. Tokyo, 23 de Agosto de 1968. J.M. Pérez Morales, Embajador de Venezuela. Perfil del Autor Pascual venegas Filardo nació en Barquisimeto Venezuela, el 25 de marzo de 1911. Cursó estudiosen la Universidad Central de Venezuela, Caracas, donde se graduó de Doctor en Ciencias Económicas y sociales. Es profesor en esa Universidad desde 1944, donde enseña Geografía Económica de Venezuela e Historia de la Economía de Venezuela. Es autor de varios libros de poesía, entre ello, "Cráter de Voces", "Canto al Río de mi infancia," "La Niña del Japón", "Los Cantos Fluviales," "Pequeña antologia" y "Selección Poética." Es autor además de varios libros de ensayo, de historia, de geografía y de crítica literaria. "La Niña del Japón" obtuvo en 1962 el Premio Municipal de Poesía, en Caracas, y ha sido traducido al italiano, y parcialmente, al inglés y al frances. Venegas Filardo es jefe de redacción del diario "El universal" de Caracas, y durante treinta y dos años, ha dirigido el suplemento literario de ese diario. Ha sido cinco veces presidente de la Asociación de Escritores Venezolanos, y es mienbro de la Academia Venezolana de la Lengua y de la Academia de ciencias Políticas y sociales. Dirige la revista "Poesía de Venezuela." Prefacio de la traducción al japonés Es para mí un motivo de especial satisfacción y honor el ver publicada "La Niña del Japón", primera traducción realizada conjuntamente por la Embajada de Venezuela y nuestra Universidad. Desde el día no muy lejano en que nos visitó el Sr. Alfredo Vergas, por entonces Consul General de Venezuela, las relaciones de amistad y cooperación entre la nación venezolana y nuestro centro universitario se han hecho cada vez más estrechas. Hemos recibido innumerables y espléndidas donaciones de libros para nuestra biblioteca. Han disertado en nuestras aulas S.E. el embajador Pérez morales y el Dr. Días Gonzales, consejero cultural de Embajada. Y en todo respecto ha comenzado ya a fructificar en el Centro de Estudios Hispanoamericanos de nuestra universidad esta intensa labor de cooperación intelectual. Es de Esperar que a continuación de la traducción de "La Niña del Japón", obra del Dr. Pascual Venegas Filardo galardonada en Venezuela, se publiquen otras obras que contribuyan al mayor intercambio cultural entre nuestros dos países. esta es mi esperanza y mi mayor deseo. 5 de septiembre de 1968. Ichiró Morita, Presidente de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto. INDICE PREFACIO LA FLOR DE YOKOHAMA LA NOCHE SUGERENTE LOS OIDOS DE LA NOCHE ERES COMO LA NOCHE TRANSPARENTE LUZ EN EL ASO YAMA NAGASAKI AÑORA JARDINES BAJO LA LLUVIA HEIAN,JARDIN PARA LOS DIOSES BAJAMAR ISLA... ISLAS... EL BOSQUE, SOLO EL BOSQUE LAS FORMAS DEL RIO LA NIÑA DE FUKUOKA LA GEISHA Y EL KOTO LA ALDEA DORMIDA LA FLOR DE YOKOHAMA (dedicada a Chieko Nagata) He surcado estas islas que te dieron la vida y he sentido en la frente el agua de tus mares. La armonía de tus islas, tus verdes litorales, han llenado mis ojos con sus mágicas formas, y en cada retazo de este paisaje diáfano que la lluvia sostiene con líquidos cristales te miro a ti intacta, niña de Yokohama. ¿De donde me llegaste tú de piel como el aire, de cabellos de brisa que la noche ha teñido, de vientre cincelado en cálidos marfiles y de muslos esbeltos como los tieos pinos? Quiero mirar en ti el rostro de estas aguas y el cuerpo de esta tierra de entrañas encendidas. Tu viniste del sur donde el mundo es más verde. ¿De Kyu Siu? ¿De sikoki? ¿Del pie del Aso Yama? De esas islas que miran hacia el sur anhelosas buscando un alma tibia como la tuya en llamas. Te encontre en Yokohama niña de clara risa, y en tu voz escuché la música de ríos cruzando las montañas frente a Budas inmóviles. en ti sentí los símbolos de un país encantado que vigilan mikados y aguerridos daímios más allá de la muerte. No importa que los días hagan distante el tiempo y que infinitos mares separen tu presencia, si tu recuerdo un arco tiende sobre los aires y te alzas en dominios de insulares contoos. Eres como tus islas circundadas de espumas que leves golondrinas coronan en la tarde, eres como los pinos ceñidos a los montes a cuyos pies el agua de los arroyos canta. surgiste en la noche tibia de Yokohama a la hora en que los astros se duermen en la bruma, en que la leve lluvia besa las criptomerias que desveladas guardan funerarias mansiones. niña de breves ojos y grave mirada, ¿cuantas veces te hallé en tu país de verdes? Por las calles de Ginza tatuadas a lo yanqui, por las suaves colinas que van a Nagasaki. ¿Acaso no eras tú la misma que chocaba sus manos ante el Shinto de actitud inmutable? Niña de formas frágiles livianas como el viento de senos inocentes cual moribundos lotos, tú me franqueaste el torii de tu país remoto que se abrió ante is ojos en sendas generosas develando a mis plantas sus mágicos secretos. LA NOCHE SUGERENTE Mira cómo tu risa se esfuma entre las brumas en esta silenciosa noche que apenas turba el paso apresurado de maderas que andan bajo unos pies inquietos. Abajo ya distante se esfuma la ciudad y el gran puerto inmóvil dormido sobre el mar. El viento apenas tiembla en la leve penumbra mientras tu sayonara se adivina en la hoguera de tus ojos de almendra y tieo terciopelo que algún remoto ebisu sembró bajo tu frente. Mientras la noche mece sus misteriosos himnos y una lejana luz va cerrando sus párpados, rompe tu voz tan queda la silenciosa noche en una doble pregunta que se alza de tus labios: -¿Cómo es tu país? ¿hay allá frío en el invieo? Y también tu palabra se aleja entre la bruma y tras ella se pierde tu mirada serena. Tus manos como lirios tendidos en la noche parecen como hechas para pulsar las cuerdas de un milenario koto de arcanas resonancias. En el aire palpitan tus palabras tan simples de una lírica angustia que son casi un presagio oh niña japonesa tan frágil como el alba. Para crear un remanso en too a esas palabras mientras callados barcos esperaban inmóviles en el distante puerto que a nuestros pies yacía, te dije apenas algo que te diera una imagen de mi país remoto por ti apenas soñado. Te hablé de hermosos ríos, de nubes como azúcar y de nieblas inquietas sobre los altos valles, del áureo amaneces en mis verdes llanuras, de las redondas cumbres alzadas sobre el mar. Te hablé de dulces frutas y de armoniosos árboles de mares de aguas verdes o de intensos azules, de islas tan hermosas como éstas de tu patria insular. Y mientras mis palabras te hablaban de otro pueblo de nombres que sonaban a arrullo en tus oidos, de seres que habitaban opuestos meridianos, de soles encendidos y bulliciosas aves, brilló bajo el misterio oblicuo de tus ojos el nacer de una lagrima, ¿o era tal vez apenas nueva luz que nacia del fondo de tu ser? Todo un nuevo universo de playas encendidas, de palmas como espejos bajo la luz zolar, todo un país con nieves cercanas a las nubes en las altas montañas, y fuego de los trópicos en las vastas llanuras, se extendía ante ti. ¿Cambiarías acaso tus millares de islas, tu Fuji coronado de nacares eteos o tus bosques de pinos ascendiendo los montes, tu Yodo majestuso, tu Osaka de mil puentes, tu Kyoto milenario o tu Nara sagrado, tu Hokkaido nevada o tu mar gris acero por este país de verdes, de climas como el fuego y de ríos como mares? Allá en el horizonte tu risa ya apagada se esfumaba en las brumas, en los distantes mástiles que apenas el viento lánguido estremecía. Te nacía un nuevo mundo de imprecisas imágenes que turbaba tu ancestro de complejas raíces, más allá de Budas, más allá de los Shintos, de tus fuegos despiertos por voces subterráneas. LOS OIDOS DE LA NOCHE Dormida soledad de las palabras suave inviolado terciopelo noctua flor sobre mí elevada Sobre mi rostro apenas es la sombra, profunda sombra sobre mi ser clavada, la que alza tenaz siempreviva. Toda la noche en mares derramada, noche total abierta sobre el mundo. Más allá de esta muralla densa, de esta menuda Iluvia de pasos silenciosos duerme severa Nara la sagrada, Nara de inerte lago y ciervos como niños, Nara de céspedes y pinos, de jardines de milenaria voz y tieas azaleas. Siento cóo palpita el corazón noctuo oh noche que oyes mi silencio inmóvil, que sabes escuchar mi pensamiento que se va tras esos azules techos de tus templos, que llega hasta el bronce de Todaiji, que desde Wakakusayama atisba, y que me ocultas con tu cortina acojedora. Oh noche, húmeda noche, suave noche, que me envuelve, me invita, me contempla, extendida por los alcores de este valle cuyos contoos adivino apenas, pero que sé sagrado porque aquí los dioses eteizaron su presencia. Un Shinto magno, de soberano bronce tal vez espera el tributo de mis pasos, el chocar de mis manos, mi cuerpo genuflexo, mientras aguarda envuelto en las noctuas gasas. Paciente está allí rodeado de los siglos que son historias perdidas en los tiempos. Oh Nara milagrosa, apenas atisbada tras el severo signo de la alta media noche, mira cómo te escucha este oído inmenso de la luz ya vencida, de la tiniebla intacta bajo esta lluvia leve que de tanto ser muda apenas se detiene en la voz del arrullo. Bajo este mismo cielo, sobre el tatami cálido quizás bajo otras sombras tan graves como éstas, ¿no escuchas tú, oh noche, un aliento, un suspiro, no oyes el pensamiento de la niña que llena como tú mi universo? ERES COMO LA NOCHE TRANSPARENTE Sobre la noche conmovida estabas tú serena. Sobre tus hombros albos como espuma marina derramaba su titilante azul la Osa Mayor. Sobre la tierra de volcánicas bases aIzabas hacia el aire tu esbeltez fluvial, Flexible como los meandros del Yodogawa o como las verdes riberas del Kiso fecundante. Era la noche de un azul transparente y bajo ella reinabas tú altiva como una criptomeria ante la tumba de un dios. El marco del misterio rodeaba tu sonrisa que a veces se hacía risa bajo tu cabellera y se iba a cantar por los caminos de la brisa. Una luz melancólica nacía de tus ojos que se hacían insondables como toda la esencia de tu presencia misma. Toda esta noche conmovida reposa en el caudal de tus cabellos que se hacen más negros para reinar sobre el silencio y sobre la penumbra que corona los montes hasta detenerse en el umbral de los pinares. ¿Eres tú de la alcurnia de Suiko o acaso vienes de un ebisu remoto y solitario? Pero aquí en esta noche de mayo transparente eres signo de luz, eres como estos pinos el alma de la tierra. LUZ EN EL ASO YAMA Tiene la noche un raro color de adolescencia, un alma transparente de dilatados ecos. Siento bajo mis pasos el pulso de la tierra como si estuviésemos más cerca de ese caudal de fuego que ruge contenido en misterioso arcano. Allá distante duerme el volcán con sus luces apenas traducidas en mínimas hogueras de una voz que se eleva en rosadas volutas. Kiu Siu de hondos misterios, en Aso Yama mido el climax de tu vida. Sus fauces descarnadas me Ilaman sordamente. Mido toda la angustia de la muerte en tus fuegos bajo esta noche tierna, poblada de presagios. Aquí en estas montañas donde la tierra es jóven cuando el geólogo indaga la historia de sus venas, donde el mar es un juego de islas y riberas, se pierden tus pupilas buscando los caminos de tu olvidada infancia, oh niña de ojos dulces y de tez como el lirio, de cabellos que flotan en el aire de mayo. ¿Cuántas veces tejieron tus pies de breve marco estos senderos rudos de lava y dura roca donde el árbol se aferra con angustia a la vida? La fumarola pone una cálida música al viento frío que baja rodando por los montes. Un alma sulfurosa corona los silencios que apenas quiebra leve tu voz de río y estrella. Y mientras en la noche color de adolescencia el Aso nos vigila con su pupila inensa, una luna de estaño se insinúa en la penumbra ceñida de misterios. NAGASAKI AÑORA La tarde se enredaba en tus cabellos de ébano. Era sutil la brisa que corría entre los pinos y dibujaba aromas de límpidos acentos. La tarde era una sola sensación de silencios donde tan sólo tú reinabas pensativa. Nagasaki está allí sobre su azul bahía, sus colinas no hablan pero su muda voz cuánto dice al viajero que sabe su tragedia. Tras ese templo de alta torre cristiana, bajo esos techos grises donde un hombre rubio amó a Iirica niña de alma de libélula; frente a esos leones que celan el templo de Sofukii, bajo ese monumento a una paz ganada con la muerte laten las almas de los ninos que no vieron la aurora. Están alli las madres ahogadas en la hoguera del fuego fulgurante; con las manos tendidas hacia el hijo hecho cenizas por la ciencia enloquecida. Qué importa que en las noches de gala en grandes urbes Madame Butterflay diga su historia melodiosa nacida ante este mar terso como una perla, si aquí en estas colinas de verdes virginales, si aquí frente a estas aguas de inocentes reflejos, si aquí entre estas gentes coronadas de risas. si aquí entre estos pasos leves como sus dueñas, la memoria está viva y la guerra atenaza en su recuerdo: el fuego venciendo todo lo refractario, el átomo dislocado trizando Ios tejidos, la explosión consumando el mayor de los crímenes. Nagasaki te miro mientras la tarde huye y los celajes siembran rosados nácares sobre las aguas. Nagasaki te miro tal como eras cuanto todo esto que destruye, todo esto que aniquila, aún no había nacido. Te imagino en la paz del viejo samurai, en el pálido rostro de la noble doncella sonando en el amor imposible de un eta. Y mientras sueño al pie de las colinas es la noche ia que hace más negros tus rebeldes cabellos cuando la Iluvia inicia sus pasos en la hierba. JARDINES BAJO LA LLUVIA La piedra es flor, es árbol, es música entre Ias flores y los árboles. Esta madera roja volcada en ágil arco sobre el agua que ríe gozosa en las arenas, este menudo sílice en ondeantes veredas, todo es vida cromática bajo la Iluvia fina que colma la mañana con impalpables hilos. ¿Qué miras mientras alzas tu esbeltez que te envidia el sagú con su talle o el hai matsu hierático? El tatami palpita bajo tu planta breve mientras miras la Iluvia decorando los aires. Tú sabes el lenguaje de este paisaje leve que se descubre dócil, multiforme, encantado, mientras el agua hace su ronda imperceptible. Adivino el silencio de tus ojos perdidos bajo los pinos tristes como bronces antiguos, los miro detenerse sobre el haya que añora la cálida caricia que en el sur se dilata, el hálito benigno que el Kuro Sío reparte. Los pinos, oh los pinos, como verdes metales que un ignorado orfebre tallara hace centurias, son el alma más pura mientras la Iluvia cae y canta incesantemente su himno sin palabras. Matsu, me dices, con voz imperceptible, matsu, pino silvestre de los lejanos bosques, un día abandonaste tu vida de rurales azares para alzarte aquí en medio, entre fresnos y arces, al lado de este puente de perfectas arcadas, entre estas piedras blancas que son flores inmóviles, al lado de estas aguas que en un mínimo lago son hechizados símbolos de un alma milenaria. Tu mirada resbala por la Iluvia que cae sobre este mundo mágico, sobre esa encina triste bajo este líquido amanecer de mayo. Es un jardín que sueña con el corazón palpitante de esta isla de Hondo. HEIAN, JARDÍN PARA LOS DIOSES a Tsutomu Okuyama Por esta fronda, sobre estas quietas aguas pasea su invisible presencia el alma de los dioses. Sobre estas aguas de dulce azul que los peces recorren en romería armoniosa, siento más hondamente la misteriosa vida que más allá de un milenio ardía en ti, Kyoto insondable, Kyoto indescifrable, Kyoto que te pierdes en edades de niebla. Heian, altar para los dioses, casa para los dioses, jardín para aIojar el espíritu de tus viejos monarcas. Bajo estos cerezos de verdes ondulantes siento los livianos pasos de Kammu, de Kohmei, con sus mejillas pálidas y sus ojos oscuros que no ha mellado el tiempo. Cuando traspuse el torii de maderas antiguas mientras la leve brisa rondaba por los pinos, sentí como miradas de unos ojos ocultos en las hojas del sauce, en los lotos sin flores, en las aguas serenas rodeadas de colores; caían sobre mi ser cual arcaicas saetas las pupilas atentas de esos emperadores suyos rostros se pierden más allá de los siglos. Bajo esta sala inmensa de esmaltadas maderas donde el buna y el mizunara trajeron su mensaje desde el callado rincón del bosque, sutilmente aletea el tiempo sin linderos. Okuyama mira como yo en silencio esta paz de la tarde emergiendo callada para rendir tributo a estos melancólicos símbolos de un mundo que es apenas la sombra de otro mundo. Soryu, verde dragón, Byakko, tigre de nieve, cómo se intuye el hálito de tus altivas fauces bajo esta paz religiosa que Heian nos ofrenda. Atrás quedan las formas esbeltas de los templos, ias armoniosas frondas de cerezos y sauces, las aguas de azules y frágiles mejillas. Parece que los dioses vienen tras de mis pasos. BAJAMAR El mar habia partido mientras la playa iba como al alcance de las olas. No eran arenas blancas, ni siquiera rosadas, no eran estas arenas de pálidos matices como aquellas tan nuestras que el Caribe domina. Descendía la marea bajo un cíelo triste y era roja la playa, bermejas las arenas, y sobre ellas volcada toda una multitud palpitante, anhelosa, tomando del mar ausente la vida para la vida. La costa acantilada mostraba sus cortantes muñones, sus filos milenarios; pero más allá todo era horizontal Ilanura de húmedas arenas pobladas de multiforme fauna que el hombre arrebataba antes de que el mar toara de nuevo a sus dominios. Milagrosa marea que descubres secretos y muestras a los ojos la volcánica entraña de esta tierra que duerme bajo olas y espumas. Todo este mundo de algas, de lucientes crustáceos, de pasivos moluscos, son alma de estas islas como lo eres tú, niña de pálido vientre y piel de translúcido ámbar. ISLAS... ISLAS... Aqui está naciendo como un mundo de ensueño sobre el mar que despierta bajo el velo del alba. Es frío el aire leve que se mece en las olas, que salpica tu rostro de tibia porcelana, que se mete en tus poros con sus finas agujas y te trae un mensaje de áureos crisantemos. Está naciendo un mundo de mágicos contornos mientras el alba cede a la luz que dibuja claros entre la bruma. La noche se dispersa en las últimas nieblas. Es gris el mar que canta en torno a tu presencia, pero es un mar despierto donde un pequeño cosmos se agita y enarbola sus gritos marineros. Y mientras el sol sueña tras un cielo de acero surgen en un espléndido sortilegio de verdes estas islas que son paraísos de pinos, de aromas, donde entonan los vientos livianas melodias. Suo Nada, Iyo Nada, Hiuchi Nada, son parcelas Inarinas en este mar de islas que van al infinito. Entre tierras mayores de playas de oros blondos o de rocas hirsutas donde Vulcano brama esta miríada de islas de cónicas turgencias son los senos de incógnitas sirenas sumergidas. Dime tú pasajera de mirada de almendra, tú que sueñas mi sueño en el alba nipona y me descubre un mágico rutilante archipiélago, qué sientes en tu alma de niña japonesa ante este mar que entona una canción de islas mínimas y redondas como tu seno ainus ? Islas . , . islas shima me dirás con tu voz que parece surgir de este mar que me abraza como un cuento de hadas de anónimo origen. Isla, shima, es la misma palabra que se alza cual símbolo sobre este viejo mar en cuyo fondo yace el misterio de un mundo. EL BOSQUE, SOLO EL BOSQUE Bajo esta fronda donde hasta el aire anda de puntillas, bajo este mundo verde de velados ecos, donde los pinos son los absolutos dueños siento más hondamente el pulso de los siglos. La brisa apenas deja la sombra de su paso volcada en un Ienguaje expresado en aromas nacido de estas menudas hojas compactas y arrogantes; nacido de estos troncos erectos como un dardo lanzado hacia el cenit. Multitud infinita nacida casi allí donde las olas tocan el torso de los acantilados. Ejército vegetal que escala las ásperas laderas de esta tierra en cuya entraña forcejean dioses infernales. Las arterias de fuego quizáis mueren allí hasta donde descienden las raíces de estos árboles que son como el milagro de una flora de islas. Pinos de este mundo insular erigido sobre volcanes, pinos de estas montañas donde naciste tú Chieko de los ojos almendrados, de las menudas cejas como negros arcoiris, pinos multiplicados trepando hasta coronar Ias cumbres. Hay aquí un solo verde, un verde penumbroso que casi se hace sombra a los pies de estos árboles de alma desconocida, de cuerpo del color de las campanas de seculares catedrales. No importa que las bombas, que bélicos incendios, que la metralla, hubiesen barrido tus vestiduras, si luego mano devota restañó las heridas e hizo plantar de nuevo el hijo del padre vegetal cuyo muñón sangró sus hilos de resinas. Sois todos los severos matsuyamas, los puros matsuyamas los dueños de los montes, padres de los arroyos, raiz virginal de los grandes ríos nacidos tímidamente para luego expandirse por admirables cauces Trémulos bosques con alma de resina bajo tu fronda canta el signo de una raza. LAS FORMAS DEL RIO a Kiyoharu Matsui Este rio de aguas sumisas, de tieas y claras aguas corre bajo la tarde. Sobre sus suaves ondas deslizas la mirada como si al mar enviaras el mensaje de tu melancolía. Mucho antes de la historia te labraste tu cauce, antes de que nacieran estas breves praderas. No me importa tu nombre río de armoniosa corriente surcado de menudas velas. Puedes Ilamarte Kiso, Sumida, Tone, no importa a qué mar Ileves tus aguas ni que el hombre haya moldeado tus riberas. Podrías ser apenas el hilillo de argentadas andanzas manando de la roca en la honda penumbra encantada del bosque, y luego hecho risas de espumas en las piedras mientras buscas la calma aIlí donde la tierra se hace verde horizte. Aguas de leves formas que un día trajo la Iluvia en diáfanos cristales, te miro en este río en cuya piel se posan mis miradas profanas. Río de ignorado nombre en tu cuerpo se integran totales las formas del agua. LA NIÑA DE FUKUOKA Sonries, te inclinas. Entreabres tus labios robados al crepúsculo. Te escruto bajo la noche mientras se coIma el aire de música de América. Y preguntas con voz que agoniza en los ruidos en un inglés que tiene brevedad de relámpago: - ¿ Spanish ? Y la palabra flota con el sabor de un símbolo. iSpanish, no American! Y la sonrisa es risa de metálicos ecos. - ¿ Qué habrá más allá de ese rostro insondable tallado en un marfil de luces sonrosadas ? Pero yo hombre de América con raíces hispánicas quiero Ilegar al fondo de esa risa de nácar que se abre como un enigma y puebla de presagios esta cerrada atmósfera con música de trópicos, de una ciudad remota. - No me gustan los yanquis dices con voz de Iluvia, mientras tu mano hecha como con piel de pétalos juguetea con el vaso. i Viski and coca ! dices mientras ries más con tus ojos breves y enigmáticos que con tus labios occidentalizados. Tiemblan como la Iluvia que la brisa estremece las últimas palabras que bordas en el aire muchacha de Fukuoka de densos ojos negros como esta noche cálida de tus islas en mayo. ¿ Quién eres que así sientes las huellas que han sembrado odios sobre tu tierra? Nagasaki, Hiroshima, son dramas que no olvidas niña de rostro triste que revelas un mundo. Tu sonrisa se pierde más allá del recuerdo, pero no tus palabras sembradas como un símbolo. LA GEISHA Y EL KOTO ¿ Qué miras más allá de la noche mientras tus manos se detienen inmóviles sobre el corazón de madera endurecido ? La luna lIena dejó sus nácares para vestir tu rostro. Tus dedos finos como el último suspiro de la tarde han quedado suspendidos en el silencio. ¿ Por qué esas manos de cálida porcelana apenas sí rozan las cuerdas de tu Koto cuando antes regaron sus notas enigmáticas sobre el jardín vestido de penumbra? Tras ese rostro de cerúleos orientes tus pupilas son Ilamas de noctuos efluvios. Todavía me parece sentir cómo en el aire estaban suspendidas las viejas melodías que emanaban de lo más hondo de esas cuerdas que ahora apenas pulsas con tus dedos tan frágiles como los crisantemos bajo la Iluvia. Niña del viejo Yedo en cuyos ojos miro los nácares del Fuji, haz que esas cuerdas simples digan sus tristes voces de ancestrales acentos. Más allá de la nieve de tu segundo rostro, de esas pupilas que alzan fulgores en la sombra, emerges leve, intacta, alma total de artista que pulsas los cordajes del Koto milenario. Tú eres la misma música que enaltece el Kabuki, tú eres el propio ser de esta noche que se plena de símbolos mientras tus manos ágiles dibujan arabescos sobre cuerdas que plasman una canción de islas, de montes, de volcanes, de mares que circundan un pueblo y sus misterios. LA ALDEA DORMIDA Es azul la mañana y azul es todo el valle donde duermes aldea la tristeza temprana de este amanecer bajo pesado cielo. Apenas breve prado se extiende más allá de tu último alero curvado hacia el espacio, y rectilíneos marcos dibujan en el campo un mosaico de verdes que las aguas inundan y dan vigor a estos fecundos arrozales. Una canción bucólica se eleva por los aires nacida de estos campos que el hombre transfigura. La muda aldea sueña al pie de las laderas donde la niebla erige sus argenteos dominios, y allí donde los montes avizoran el valle los matzuyamas alzan sus broncíneas espadas. Ni una voz se levanta hacia la azul mañana, sólo el silencio entona su música impalpable, y mientras miro estático la aldea que demora en este frágil valle de corazon volcánico, adivino la vida más allá de esos techos donde la fibra alterna con las grises pizarras: sobre el tatami noble el verde té humeante servido con el rito de remotas edades, la gracia picaresca de unos oblicuos ojos atisbando al extraño que profana el paisaje. Aldea japonesa de grisáceos contornos vi cómo amanecias en nublada mañana al pie de los pinares, sobre ondulados prados, frente a rubias terrazas y verdes arrozales. Siento cómo alargaron sus profundas raíces en mi memoria viva tus techos de pizarra, tus peces de papel movidos por la brisa que al varón del hogar consagra el mes de mayo. Remota aldea perdida entre el prado y el monte eres en ese mundo la síntesis del canto. " Posdata: Ni se os ocurra subscribiros a la lista de correo de japones llamada HONHYAKU (¿? En mis clases de artes marciales a eso lo llamamos Luxacion principal ¿? la penna se raya un quilate...). El problema esta en los 197 mensajes que recibes diariamente.. uno a uno... y es que las cosas ya no son como antes... lo que les costara unirlos y mandar un solo mensaje...estos extranjeros... me remito a Obelix. Posdata2: Que nadie se los diga a Lady Andromeda...pero alguien tiene una foto suya? Se suministran sobornos... Yo quiero saber mas de la persona que ha creado esta lista. Se aceptan cotilleos, trapicheos y demas. ---------------------------------- Fin leccion...bueno...como querais llamarlo ---------------------------------- Mata TODO! http://www.uco.es/~i42fesej i42fesej@uco.es